Los últimos años están revolucionando el mercado laboral. Las competencias que antes considerábamos imprescindibles han cambiado y los escenarios que se plantean como futuros no tienen nada que ver con los actuales. La globalización, los avances tecnológicos y la transformación digital han hecho que los profesionales se vean forzados a actualizarse para poder seguir desempeñando las tareas de su puesto de trabajo. En este panorama, el papel de las empresas es fundamental para lograr que sus equipos se adapten a los requerimientos actuales mediante lo que denominamos upskilling.

¿Qué significa upskilling?

Este término, usado ampliamente por los responsables de recursos humanos de las empresas, hace referencia a la formación necesaria para lograr que el talento interno se adapte a las nuevas competencias requeridas por el mercado laboral actual. Se trata, por lo tanto, de una capacitación adicional enfocada a mejorar el desempeño de los trabajadores en su puesto laboral.

Para conseguirlo no solo se fomenta la formación en destrezas técnicas, sino también el desarrollo de habilidades personales como el pensamiento crítico o la inteligencia emocional. Dicho de otro modo, el upskilling se centra también en trabajar las llamadas soft-skills o habilidades blandas.

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 Diferencias entre upskilling y reskilling

Es habitual encontrar el término upskilling junto al de reskilling, aunque se trata de conceptos muy diferentes. Mientras que el primero, como ya se ha mencionado, tiene como objetivo desarrollar nuevas habilidades que hagan que los trabajadores se adapten mejor a los cambios en sus puestos de trabajo, el reskilling es, en realidad, lo que se llama un “reciclaje profesional”. Es decir, estamos hablando de una formación que permite que un trabajador de la empresa pueda desarrollar nuevas tareas o cubrir un puesto de nueva creación, generalmente debido a un cambio tecnológico.

Los beneficios de fomentar el upskilling

Actualmente vivimos en un momento de cambio en el que trabajadores con mucha formación académica no son capaces de ser competitivos por una sobrecualificación que no se adapta a las necesidades reales de las empresas. Hoy en día las competencias digitales, la experiencia en entornos tecnológicos y las habilidades personales tienen un papel muy importante que muy pocos estudios pueden garantizar.

Las empresas pueden buscar nuevos empleados con el riesgo que eso supone, o bien centrarse en optimizar el talento con el que ya cuentan ofreciendo formación específica en las competencias necesarias. Esta segunda opción parece las más conveniente debido a las ventajas que ofrece a las empresas:

  • Permite que el personal forme parte de la cultura corporativa.
  • Afianza el employer branding.
  • Ayuda a mejorar la retención de talento y personal dentro de la compañía, lo cual estimula y motiva a los trabajadores.
  • Permite que los empleados puedan desarrollar una carrera profesional a largo plazo.
  • Consigue formar talento propio.
  • Reduce los procesos de selección y captación de talento.
  • Impulsa la evolución de la empresa al encontrarse en constante cambio y desarrollo.

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Estrategias para llevar a cabo el upskilling con éxito

Queda claro que formar a los trabajadores para que se adapten a las nuevas necesidades de sus puestos de trabajo supone una gran ventaja para las empresas, pero ¿cómo se puede implementar esta estrategia?

Es fundamental en primer lugar tener claros cuáles son los nuevos requisitos y desafíos a los que tienen que enfrentarse los trabajadores para poder definir las habilidades que es necesario mejorar. Así, debemos diferenciar entre habilidades técnicas y habilidades blandas:

  • Las soft skills o habilidades blandas son aquellas competencias personales que tienen más que ver con las capacidades del trabajador para adaptarse a los cambios, enfrentarse a situaciones de estrés o gestionar el trabajo en equipo.
  • Las hard skills o habilidades técnicas hacen referencia a aquellos conocimientos necesarios para desarrollar con éxito las tareas propias del puesto. Ejemplos de esto puede ser una formación específica en consultoría, nuevas tecnologías o seguridad.

Una vez se ha detectado qué es lo que necesita la empresa, es necesario preparar un programa formativo, a nivel interno o bien con colaboración externa a la empresa, para poder enseñar de manera efectiva todas y cada una de las habilidades requeridas. Igualmente, es recomendable establecer estrategias de control que permitan saber la eficacia de la formación para poder implementar aquellos aspectos que sean necesarios.

Ahora que ya conoces qué es el upskilling y cómo implementarlo en tu empresa, te animamos a que lo puedas poner en marcha. Y recuerda que, si tienes cualquier duda o consulta, en la Fundación Universidad-Empresa estamos para ayudarte.